martes, 30 de septiembre de 2008

DE SANTURCE A... TENERIFE

Cuán innumerables veces nos hemos preguntado, paseando por la playa, qué haríamos si encontrásemos una botella con un mensaje en su interior, una romántica ilusión que pertenece al terreno de la leyenda. O no.

Almáciga, costa norte de Tenerife, año 1949. Andando por aquellas arenas bañadas por el Atlántico, unos vecinos de la zona atendieron a un reflejo que salía de unas rocas, sin dudarlo acudieron curiosos y allí estaba, una botella con lo que parecía un papel dentro. Sin dudarlo corrieron a la escuela para que la maestra les ayudara a desentrañar tan enigmática señal. Allí vieron que se trataba de estampas de una Virgen desconocida para ellos y un escrito que hablaba de unos peregrinos a Santiago.

En efecto, aquel era año Xacobeo y unos jóvenes bilbaínos embarcaron en Santurce en el vapor ARAGÓN para peregrinar a Compostela. Un día, uno de ellos decidió introducir en una botella cinco estampas de la Virgen de Begoña, una petición de advocación hacia ella y su certificado de peregrino en cuyo dorso escribió:
«En el vapor Aragón a 27 de agosto de 1948. 35 peregrinos de la Acción Católica de Bilbao a Santiago de Compostela, saludan a los que encuentren este mensaje y piden al Señor consigan encontrarse con nosotros en el cielo.»

Y con mucha ilusión, Martín Valle García, que así se llamaba nuestro soñador amigo, lanzó la botella a las oceánicas aguas frente al Cabo Vilan.

Aquel 29 de abril de 1949 fue muy especial para Eusebio Sosa, su esposa Benita Izquierdo y la hermana de esta, Luisa, cuando la maestra de su pueblo les reveló lo que contenía el papel de la botella. Raudos se dirigieron a la Iglesia de las Nieves, parroquia de Taganana, pago al que pertenece el pueblecito de Almáciga, a contarle al señor cura el mágico hallazgo. Puesto en conocimiento del Obispado, recordaron que el párroco de la Concepción, importante iglesia de Santa Cruz, la capital, era de Bilbao. El padre jesuita Luis Eguiráun, encantado con el “milagro” hizo llegar la noticia, junto con la petición de un cuadro de la Virgen, algo más digno que las estampas, a la capital vizcaína lo cual provocó un pequeño revuelo. La Virgen de Begoña despierta fervorosa devoción en las gentes de aquellas tierras vascas, y la llegada de la ya famosa botella fue considerada como un milagro mariano, y en cierto aspecto marino, pues los pescadores de la zona reverencian a su Virgen a quien dedicaban salves al distinguir el santuario recortado en la montaña cuando van en sus traineras. Y no, no se enviaría un cuadro, sino una réplica de la imagen a… ¿Dónde había llegado aquella botella?


A Almáciga. Una modesta aldea sita en la abrupta costa norte de la isla de Tenerife, Canarias; localizada en Taganana, una de las zonas más bellas de la isla y de gran historia conservada en sus callejuelas, antiguas casas y los pequeños tesoros de su iglesia de Las Nieves. Para más detalle, pertenece al municipio de Santa Cruz de Tenerife, la capital.

Una vez ubicada en el mapa, comenzaron los trabajos de la cuestación popular para que el reputado escultor local, José María Larrea, realizara en su taller de la bilbaína calle de la Sendeja, una imagen lo más parecida posible. No era época aquella de abundancia, y los feligreses no pudieron reunir ni remotamente lo necesario. Sin embargo, cuando ya cundía el desánimo, un donante anónimo cedió cinco mil pesetas, de 1949; siguiendo el ejemplo, una acomodada dama, tal vez por devoción, legó todas sus joyas para enriquecer el manto de la nueva Virgen. Y finalmente, un conocido platero del lugar donó también la peana, la media luna de metal dorado, el cetro y las coronas de la Virgen y el niño.


Se despidió a la imagen con todos los honores y fue embarcada el 2 de mayo de 1950 en una cañonera de la Armada Española que la llevaría hasta Santurce, allí fue reembarcada en el flamante MONTE URQUIOLA, de la Naviera Aznar. El día 6 de ese mismo mes el buque hacía la segunda escala de su corta historia, pero la más importante, en el puerto de Santa Cruz. Allí fue recibida por numeroso público. En solemne procesión la imagen fue trasladada al pueblo de Taganana. En un principio hubo complicaciones para su ubicación, pero, o por empeño de las gentes de Almáciga, o por voluntad de la Virgen (Bego-oña en el antiguo dialecto vascuence significa “Déjame aquí”), ya que en Almáciga había aparecido, de allí no se iba a mover, allí se quedó. Moró en una modestísima ermita dedicada a San Juan y que hoy se ha perdido por la pobreza de sus materiales y el pasar del tiempo. No obstante, en breve, la Virgen de Begoña contará con un santuario de estética controvertida para su debido culto; mientras tanto la podemos admirar en una ermita construida por los vecinos con sus propias manos hasta que tenga un hogar definitivo.

Desde entonces, el último domingo de abril de cada año se celebra su fiesta en conmemoración de la aparición de la botella, y curioso, es difícil llegar a aquel pueblo, y Bilbao queda muy, muy lejos de allí, sin embargo, ese día, tinerfeños y vascos se unen en el cariño que les inspira la Virgen de Begoña.


Comenzamos con la legendaria ilusión de encontrar un mensaje en una botella, traída por el mar, y terminamos con la llegada de una Virgen, también por mar. De hecho, para los católicos, la Virgen es un mensaje, de Luz y Esperanza, pero mensaje al fin, en una botella diferente; y es que a Canarias son varias las imágenes de vírgenes que han llegado por el mar tal vez, a modo de botella con mensaje.

© Coral González.

CRUCEROS EN TENERIFE



CELEBRITY GALAXY















INDEPENDENCE of the SEAS
















LE LEVANT














MARCO POLO













MILLENNIUM












MSC ORCHESTRA














NAVIGATOR of the SEAS












OCEANA












PACIFIC VENUS














ROTTERDAM










© escobén

DISNEY MAGIC

 El alba del 20 de mayo de 2007 trajo al puerto de Santa Cruz de Tenerife la figura de un crucero insólito. A las 7:30 horas de la mañana comenzaron las labores de atraque de un pulcro trasatlántico de clásicas líneas cargado de ilusión y fantasía, el DISNEY MAGIC. Procedente de las Bahamas, de donde toma su registro y bandera, tocaba por primera vez un puerto europeo, una escala obligada antes de comenzar una serie de cruceros de verano por el Mediterráneo, en conmemoración del décimo quinto aniversario de “Eurodisney” (París), cruceros que le llevarían a numerosas ciudades costeras tradicionalmente turísticas como Barcelona, Palermo, Nápoles, Marsella y Montecarlo entre otras.

Consignado en Tenerife por Hamilton y Cía, el DISNEY MAGIC estuvo acompañado aquel 20 de mayo en el puerto tinerfeño por otros dos trasatlánticos, el japonés PACIFIC VENUS de 183 m. de eslora (propiedad de la Japan Cruise Line, construido en 1998 en los astilleros Ishikawajima-Harima Heavy Industry) de camino hacia Argentina en viaje de circunnavegación, y por el OCEANA, de la P&O Cruises (Grupo Carnival) de 261 m. de eslora, construido en el año 2000 en los astilleros Fincantieri.

Desde que en 1955 se inaugurara el parque “Disneyland” en Anaheim, California, al que le siguió “Disney World” en Orlando, Florida, que abrió sus puertas en 1971, la expansión de la Walt Disney Company ha sido imparable abriendo parques por todo el mundo. La conquista del mar no se podía hacer esperar y así, en 1995, se fundó, dentro de la división Walt Disney Parks and Resorts, la naviera Disney Cruise Line (en cuya bandera de navegación campea la silueta de Mickey Mouse) con la idea de construir cruceros de lujo con temática y objetivos eminentemente Disney.

Disney Cruise Line, actualmente presidida por Mr. Tom McAlpin, en su afán por ofrecer lo mejor de lo mejor, quiso confiar en el buen hacer de los reputados astilleros italianos Fincantieri, de Porto Marghera, cerca de Venecia, uno de los mejores del mundo (fundado en 1959, y actualmente presidido por D. Corrado Antonini), contratando la construcción de dos buques. El primero, DISNEY MAGIC, fue botado en 1998. Su hermano de grada, DISNEY WONDER, entró en servicio en agosto del año siguiente, también con registro y bandera de Bahamas. Los dos trasatlánticos son completamente idénticos en su diseño, difiriendo tan solo en detalles de las áreas de entretenimiento y restaurantes. Su línea constructiva es la clásica de los grandes cruceros de la primera mitad del siglo XX (semejándose más a los de la década de 1930), largo y de no mucha altura, cuenta con un mástil y sobre su blanca superestructura luce dos rojas chimeneas (una de las cuales es falsa, alojando en su interior un club para el disfrute de adolescentes). En su casco pintado de negro destacan los ventanales redondos, clásicos ojos de buey alineados en sus bandas; todo ello configurado para intentar conseguir un aspecto lo más parecido posible al lujo y glamour de épocas pasadas. Los salvavidas dan un toque de color, dispuestos en línea a ambos lados de las cubiertas están pintados de un llamativo color amarillo —Disney tuvo que cumplimentar todos los trámites impuestos por las autoridades norteamericanas para poder sustituir los colores obligatorios impuestos por las leyes de salvamento Marítimo—. Destaca su puente semicircular.


Técnicamente, se trata de un moderno navío de 294 m. de eslora, 32,25 m. de manga y un calado de 8 m. Sus potentes motores entregan unos 100.000 caballos de fuerza a dos grandes hélices para desplazar 88.338 TRB a una velocidad de crucero de 21,5 nudos, aunque su velocidad máxima es de 24 nudos. La dotación está compuesta por 950 tripulantes de varias nacionalidades diferentes. Su capacidad de pasaje es de 2.400 cruceristas, repartidos en 875 camarotes (uno más que el DISNEY WONDER) que van desde suites de 88 m² con dos habitaciones hasta cabinas internas estándar de 17 m². En torno al 73 por ciento de los camarotes son externos, de los cuales algo más de la mitad disponen de balcón privado.

Comparativamente, se trata de un trasatlántico con una eslora 51 m. menor que el gran coloso QUEEN MARY 2 de la Cunard Line, o con una eslora 27 m. mayor que el eterno TITANIC de la White Star Line.

Tras varios años recorriendo casi en exclusiva las aguas del Caribe, en junio de 2005, arrumbó hacia la costa oeste de los Estados Unidos, con la misión de participar en la celebración del cincuentenario de Disneyland, ofertando diferentes cruceros entre Los Ángeles y varios puertos mejicanos del Pacífico tradicionalmente turísticos. En el año 2000 se le practicó una pequeña reforma. A principios de octubre de 2005 sufrió su segunda remodelación, a cuyos efectos estuvo internado durante 10 días en los astilleros Norshipco, de Norfolk, Virginia. Uno de sus salones principales fue aumentado en 157 m², se le añadieron tres nuevas salas al SPA; se ampliaron las zonas dedicadas al recreo y se incorporaron nuevos elementos decorativos en varios de los recintos.

Sus once cubiertas albergan el conjunto de dependencias que un crucero como este precisa. Cuenta con 20 suites, dos de ellas de gran lujo (Suites Royal), —en una se halla instalado un piano—. Las dieciocho suites restantes constan de uno o dos dormitorios con cuarto de baño, servicio, sala de estar con sofá cama y balcón privado; tienen capacidad para cuatro o cinco personas. Las suites de un dormitorio disponen de una habitación con cama doble, salón con sofá cama y litera empotrada, dos baños y balcón privado. Todas cuentan con servicio de habitaciones, cuyo personal está especialmente capacitado para tratar con niños. Algo menos ostentosos son los más de 600 camarotes de diferentes tamaños, de los cuales, 16 son muy especiales pues están adaptadas para discapacitados. Los 213 camarotes restantes son interiores, aunque con igual configuración que los exteriores. El color dominante en la decoración de estos alojamientos es el azul con toques de ocres y maderas, con la discreta presencia de Mickey. Una curiosidad: la electricidad doméstica es de 110 voltios.

Son numerosos los salones, restaurantes, cafeterías, etc., donde poder pasar el tiempo de ocio, como el “Palo”, solo para adultos, el cual ofrece platos de la cocina del norte de Italia, o el “Animator’s Palate” donde la cena comienza con una decoración del salón en blanco y negro que, al igual que los uniformes del servicio, va cambiando de colores hacia tonos más alegres durante el transcurso de la cena, al tiempo que las pantallas emiten imágenes de la historia de Disney, obviamente desde el blanco y negro original hasta el colorista actual cine de animación. El “Parrot Cay”, con ambientación caribeña, es uno de los restaurantes pretendidamente más divertidos, allí los camareros cantan y los niños participan en congas alrededor de las mesas. El “Common Grounds” es una cafetería exclusiva para adolescentes donde no se sirve alcohol pero sí café.

Afortunadamente, no todo es comer en medio de bullicio festivo. En el “Buena Vista Theatre” tienen lugar las proyecciones de películas, por supuesto de producción propia, hasta tal punto que, de hecho, es en esta sala donde tienen lugar los estrenos mundiales de las películas Disney. En el “Walt Disney Theatre” se puede disfrutar de tres funciones musicales en vivo, concretamente espectáculos de Broadway. Tiene un aforo para 1.200 espectadores y una ausencia total de columnas para facilitar la visión del gran escenario. Otro lugar interesante, sobre todo para los niños, es el “Atrium”, punto de encuentro donde los personajes Disney firman autógrafos y el capitán ofrece su cóctel.



En la cubierta 9 se encuentran las tres piscinas con las que cuenta el crucero: la “Mickey”, con dos pequeñas piscinas auxiliares redondas a modo de las orejas del famoso ratón, es la infantil, de muy poca profundidad y con un divertido tobogán. La piscina “Goofy” es la familiar, ubicada en el centro del barco y en su entorno se celebran gran cantidad de actividades diurnas y nocturnas. La “Quiet Cove” es para adultos, con largo suficiente para nadar, siempre y cuando no haya muchos usuarios. También en la misma cubierta se ubica el “Vista Spa & Salon” con sauna, masajes, aromaterapia, baños de barro…
En las cubiertas 4 y 10 podemos encontrar pistas para correr y el gimnasio. También se pueden seguir clases de pilates y yoga.

Pero este es un crucero con vocación familiar en el que se celebran fiestas permanentemente, y donde las áreas destinadas a los pequeños son las más extensas, por lo que las actividades diseñadas para ellos son fundamentales y están organizadas teniendo en cuenta los gustos y las edades, así, los niños de 3 a 5 años pueden entretener su tiempo, por ejemplo, bailando con Blancanieves o jugando con Peter Pan. Los de 6 a 8 años se divierten experimentando con la ciencia, aprendiendo a hacer animaciones con Mickey o escuchando cuentos de piratas. Los de 9 y 10 años pueden aprender a hacer anuncios de televisión, o convertirse en detectives y esparcirse con diversos juegos. Los que ya cumplieron 11 ó 12 años intentan ser entretenidos descubriendo secretos de animación y trucos para conseguir efectos especiales, o participando en diversos juegos. Los adolescentes también tienen su espacio, no solo en el “Common Grounds”, sino que además pueden practicar fotografía, cinematografía o comedia improvisada. Incluso los bebés tienen un bonito lugar de recreo en el “Founder’s Reef”, liberando a sus padres para que puedan disfrutar del crucero.

Para los adultos está diseñado “The Navigator”, un programa donde se muestra el funcionamiento del buque mediante comentarios y videos. En “Disney Behind The Scenes” se pueden visionar documentales sobre cómo se hicieron diversas películas Disney. También se ofertan clases de gastronomía, etcétera.

El DISNEY MAGIC no tiene casino pero sí dispone de un bingo con premios de cierta entidad. A bordo aceptan casi todo tipo de tarjetas de crédito internacionales incluida la Disney Credit Card, aunque el único dinero en metálico aceptado es el dólar USA.

La sanidad para el pasaje queda cubierta con un médico y una enfermera disponibles las 24 horas del día para servicios médicos básicos que, no lo dude, deberán ser abonados según las tarifas estándar por estos servicios.

En sus rutas americanas, este crucero siempre recala en un puerto muy especial, el de Castaway Cay, la isla privada de Disney en Las Bahamas. Allí los pasajeros que lo deseen pueden practicar buceo superficial, ciclismo, kayac, excursiones, o ¡¡¡siestas!!! en cualquiera de las playas paradisíacas donde también hay cabañas abiertas donde recibir un placentero masaje, o disfrutar de una barbacoa o de deliciosas bebidas. Por cierto, también las playas están divididas por edades, las hay para niños, para adolescentes y para adultos.

Tras su recorrido por el Mediterráneo, el DISNEY MAGIC volvió a Santa Cruz de Tenerife el 24 de agosto de 2007 en viaje de vuelta hacia el Caribe. De momento no tiene programado volver por las Islas Canarias. Las previsiones para el verano de 2008 tienen como objetivo los cruceros por la Riviera Maya.

Queda plasmado que se trata de un crucero diseñado y organizado para el disfrute de los niños, muy lejos de los conceptos europeos de confort y glamour que de siempre ha caracterizado este tipo de viajes. Concluyendo, si lo que se busca es descanso y relax no parece claro que el DISNEY MAGIC sea la opción más satisfactoria.
© Ramiro González.