Aquel sábado 31 de octubre de 1981 un temporal de viento azotaba a las Islas Canarias. No iba a ser un día tranquilo en el pequeño puerto de Los Mármoles, al sureste de la isla canaria de Lanzarote. Se recibía la llamada de un carguero que se acercaba a tierra en franca demanda de auxilio y asistencia urgente, pues se le había producido una seria vía de agua. Procedía de Abidjan y San Pedro, Costa de Marfil (Golfo de Guinea), y llevaba un importante cargamento de enormes troncos de madera hacia el puerto griego de Tesalónica, en el Mar Egeo.
Una simple ojeada a la avería bastó para comprender que la situación del buque revestía la suficiente gravedad como para tomar la decisión de dirigirlo fuera del muelle, pues la posibilidad de que se hundiera en el interior del puerto lanzaroteño inutilizándolo era un temor nada infundado, máxime con las previsiones del estado de la mar para el día siguiente en Canarias: fuerte marejada con algunas áreas de mar gruesa.
El TELAMON había sido construido en los astilleros de Caledon Shipbuilding & Engineering Co. Ltd., de Dundee al este de Escocia. (los mismos astilleros donde se construyeron los “correillos” canarios VIERA Y CLAVIJO y GOMERA-HIERRO (1) en 1911). Le correspondió el número de grada 489 y fue botado el 24 de septiembre de 1953. Un año después fue entregado a la Temple Steamship Co., perteneciente a la firma inglesa Lambert Brothers Ltd.(2), siendo bautizado con el nombre TEMPLE HALL; acto seguido fue matriculado en Londres.
Se trataba de un buque destinado a carga general con una eslora de 139,6 metros, una manga de 17,89 metros y un calado de 8,21 metros. Desplazaba 7.733 TRB gracias a un aparato motor compuesto por una máquina 1M. de 4 cilindros de 3.600 HP, capaz de imprimir una velocidad de 12 nudos.
Comenzó su vida marinera directamente en el mercado del flete, llevando cargas de un puerto a otro como tramp (3) y, de vez en cuando, recalaba en el puerto de La Luz y de Las Palmas de la isla de Gran Canaria para tomar combustible en sus numerosos viajes a diversos puertos africanos.
En 1969 el TEMPLE HALL fue vendido a Demetrios P. Margaronis, de El Pireo. Siendo rebautizado como PANTELIS, quedó registrado en El Pireo enarbolando a partir de entonces la bandera griega. Al año siguiente fue vendido a la Compañía Naviera Para Viajes Sud América, de Panamá, conservando la misma enseña.
En 1977 volvió a cambiar de propietarios, pasando a la Telamon Maritime Co., y nuevamente fue rebautizado, esta vez con el mítico nombre de TELAMON (4), continuando bajo pabellón griego.
Comenzando la década de los años ochenta del siglo XX el aspecto de su casco evidenciaba la carencia de un mantenimiento adecuado, apenas se adivinaban sus colores, casco negro, superestructura blanca y chimenea azul, bajo la capa de óxido, y así, tras embarcar un gran cargamento de madera en Costa de Marfil con destino a Grecia, se hizo a la mar Atlántico arriba el 21 de octubre de 1981, pero al llegar a la altura de las Islas Canarias, en el estrecho de La Bocaina, entre Fuerteventura y Lanzarote, una vía de agua abierta en el casco que inundó algunas dependencias del buque con gran rapidez, obligó a su capitán a demandar ayuda en la isla de Lanzarote, ante el temor de un inminente hundimiento, debido, ante todo, al tipo de carga que transportaba en sus bodegas y cubierta, y cuyo corrimiento hubiera podido resultar muy peligroso para la integridad del buque y de su tripulación.
De inmediato, comenzaron a bordo los trabajos de achique, pero ante la enorme cantidad de agua que continuaba entrando, su capitán, D. Manuele Avtigromm, puesto en comunicación a través de VHF con el práctico del puerto, D. Antonio Sivera, le puso al corriente de la desesperada situación. El práctico consideró que no era conveniente que se procediera a su atraque porque la escora que traía lo hacía inviable.
El puerto de los Mármoles, en Arrecife, la capital lanzaroteña, es pequeño, no se podía permitir un accidente de la magnitud que se adivinaba, por lo que el TELAMON, acompañado de la falúa del práctico, se desplazó unos pocos cientos de metros más allá quedando a la altura de Las Caletas, frente a unos depósitos de combustible de la empresa DISA, con la intención de embarrancar suavemente sobre un lecho arenoso en la auténtica bahía de los Mármoles, situada detrás del espaldón del muelle que lleva su nombre. La maniobra se realizó con gran pericia; dos cabos fueron tendidos a tierra, —el buque accidentado había quedado, con la proa mirando a tierra, a escasos metros de la orilla— para quedar amarrado. Presentaba una ligera escora a babor, pero en principio no ofrecía peligro para su seguridad. Muchos lugareños recordaron otro suceso marítimo similar, fue el del trasatlántico ruso KARELIYA (5), embarrancado cerca de allí.
Los 29 tripulantes del TELAMON, en su mayoría griegos aunque algunos procedían de Ghana, Mali y Costa de Marfil, fueron desembarcados y alojados en las dependencias de la Casa del Mar y en la residencia San Ginés.
El lunes 2 de noviembre llegó a la isla el propietario del TELAMON, el señor Ninnos para comprobar personalmente la dimensión del accidente. El casco fue reconocido por buzos del varadero de Naos, Lanzarote, y su informe no se hizo esperar: la vía de agua se había producido a la altura de la bodega 2/3 que se encontraba inundada y llena de troncos de árbol. Al día siguiente, en una avioneta procedente de Londres, llegaron tres técnicos pertenecientes a una asociación ecologista de amigos del mar, con el equipo necesario para evitar una posible marea negra en el caso de que se rompiera algún tanque; no debemos olvidar que llevaba a bordo 260 toneladas de fuel-oil y 60 de diesel-oil. De inmediato se pusieron manos a la obra e instalaron una gran plataforma neumática rodeando el casco del TELAMON. Entre la enorme balsa y el casco fue esparcido un líquido especial para disolver el fuel-oil en el caso de vertidos.
Días más tarde llegó el pequeño petrolero MAYORGA (1967/851 grt.) perteneciente a la Compañía Española de Petróleos, Sociedad Anónima - CEPSA, el cual, abarloado al TELAMON, se encargó de trasvasar el combustible.
Poco después del siniestro, la mercancía fue desembarcada y llevada a la isla. Tiempo más tarde, una empresa mostró su interés por reflotarlo, pero al enterarse de lo carísimo que podía salir el proyecto (al parecer, más de cien millones de las antiguas pesetas) desistió, y nunca nadie más mostró interés por el TELAMON.
Al quedar a su suerte tan cerca de la costa, durante una temporada fue incluso habitado por “okupas”, pero no era la morada más cómoda que pudiera encontrarse, por lo que optaron por buscar alojamiento más accesible.
Tiempo después, los azotes de un temporal hicieron rolar al desahuciado TELAMON sobre su posición y el oleaje acabó partiéndolo en dos. A día de hoy todavía se puede contemplar la sección de popa que está fuera del agua, sostenida en la nada y languideciendo a merced del sol y de la sal, llamando poderosamente la atención de quienes pasan por la carretera que une Costa Teguise con Los Mármoles. Tras veintiocho años protagonizando el paisaje del litoral, el TELAMON ya forma parte del afecto de los conejeros (6).
Pero no está completamente abandonado, aunque su aspecto así lo sugiera. Es visitado con cierta frecuencia por submarinistas que unen afición a curiosidad y que han descubierto, por ejemplo, que aún se puede apreciar la sala de máquinas.
Un detalle ciertamente significativo, se hundió el mismo año en que cesó su actividad el astillero que lo construyó.
En la actualidad es utilizado como zona de entrenamiento por grupos de rescate, de emergencias y subacuáticos para el salvamento de víctimas en barcos semihundidos.
El viejo TELAMON, aun mutilado, todavía puede presumir de seguir combatiendo con la mar, cada día, con cada ola... Al final perderá la batalla, pero nadie podrá privarle jamás del honor de la lucha.
Hasta siempre, TELAMON.
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(1). Para saber más sobre la historia de los “correillos” de la navegación canaria, pulsar sobre la etiqueta “Correillos” este blog, o directamente accediendo al siguiente enlace: http://escoben.blogspot.com/search/label/Correillos
(2). La Compañía Lambert Brothers, de Londres, entró en el negocio de los transportes marítimos en 1879 formando parte de la Coal Factors Society, basada en la Bolsa del Carbón, creando una flota de cargueros de carbón que, en 1896, contaba ya con diez unidades, año en que cambió de actividad dedicándose al negocio “tramp”. A partir de 1926, la Compañía seguirá trabajando bajo la denominación de Temple Steam Ship Company.
(3). Tramp: término inglés con el que se designa al buque que se fleta según las ofertas del mercado del transporte marítimo, con lo que sus cargas y destinos suelen variar de un viaje a otro.
(4). En griego antiguo Τελαμών, personaje mitológico que acompañó a Jasón como uno de los argonautas en la búsqueda del vellocino de oro. Fue hijo del rey de Egina, Éaco y de Endeis. También fue compañero de aventuras de Hércules. Telamón también es sinónimo de Atlante.
(5). Trasatlántico de 15.400 GT, construido en Finlandia en 1975-76, y perteneciente a la flota rusa de cruceros. Bautizado en 1976 como KARELIYA, en el año 1982 le fue cambiado el nombre por el de LEONID BREZHNEV, hasta que en 1988 fue nuevamente redenominado KARELIYA.
(6). Naturales de Lanzarote, lanzaroteños.
© Manuel López y Coral González.
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Principales fuentes consultadas:
Periódico “La Provincia”, diario de Las Palmas, 01.11.1981.
Periódico “La Provincia”, diario de Las Palmas, 03.11.1981.
Periódico “La Provincia”, diario de Las Palmas, 05.11.1981.
Periódico “La Provincia”, diario de Las Palmas, 10.11.1981.
Periódico “La Provincia”, diario de Las Palmas, 14.11.1981.
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