El DUCHESS OF RICHMOND fue un elegante trasatlántico inglés, tercero bajo la denominación de DUCHESS, construido en los astilleros de John Brown & Co, Clydebank (con nº de grada 523), para la Compañía Canadian Pacific Railway (algunos de cuyos primeros barcos fueran el ATHABASCA botado el 3 de Julio de 1883, y el ABYSSINIA, un velero de 3.000 toneladas con casco de acero y motor a vapor, botado en 1887 y destruido por el fuego el 18 de Diciembre de 1891). La botadura del DUCHESS OF RICHMOND, de 160,93 m de eslora, 22,86 m de manga, 12,80 m de calado y 20.022 toneladas, tuvo lugar el 18 de Junio de 1928, actuando como madrina de la ceremonia Lady Augustus Nanton, esposa del director de la Canadian Pacific Railway y de la Hudson´s Bay Company. Era un barco de gran estampa marinera, popa redondeada y proa apuntada, con dos chimeneas, casco pintado de negro y cubiertas superiores blancas donde, muy a la vista, se hallaban los botes salvavidas.
Comenzó su vida marinera con un crucero de 41 días de duración, partiendo de Liverpool el 26 de Enero de 1929, y pasando por Madeira, Las Palmas de Gran Canaria y la costa oeste de África. Después de esta primera experiencia en la mar, entró en servicio como barco de línea. Su primera travesía hacia el Atlántico Norte la haría zarpando de Liverpool el 15 de Marzo con destino a Saint John (Terranova). Su segundo viaje atlántico no fue tan afortunado pues el azar lo llevó a embarrancar en la Isla de Partridge (en el interior de la Bahía de Fundy, al sur de Nueva Escocia) y estuvo fuera de servicio hasta Agosto de 1929, momento en que regresó a la mar.
En Enero de 1930 zarpó para realizar otro crucero con destino a la costa oeste de África. Al año siguiente un nuevo crucero le haría navegar esta vez con destino a las Indias Occidentales.
En Julio de 1932 inició un mini crucero de 2ª clase, de 5 días de duración, zarpando desde Liverpool y arribando a Santander (en el Cantábrico, norte de España). En ese viaje, el precio de un pasaje en clase turista era de 5 libras esterlinas de la época. Por aquel entonces empezaba a hacer furor los cruceros de placer.
En abril de 1934 se hizo a la mar para realizar un crucero a Estambul, organizado como una peregrinación a Gallipoli (península al suroeste de la Turquía europea que separa los Dardanelos del Golfo de Saros en el Mar Egeo) para veteranos de guerra y familiares de fallecidos, participantes en la I Guerra Mundial. En principio estaba previsto que fuese el MONTROSE, de la misma Compañía (botado el 14 de Diciembre de 1920), el que hiciese dicha travesía, pero la publicidad de la iniciativa tuvo tanta aceptación que la compañía se vio obligada a sustituirlo por el DUCHESS OF RICHMOND, de mayor tamaño y mejor preparado que el MONTEROSE.
A lo largo de aquel año 1934, el DUCHESS OF RICHMOND realizó cuatro viajes de Montreal a Nueva York sin más novedad.
El crucero hacia las Indias Occidentales británicas y Centroamérica que inició en Enero de 1935 guarda un especial significado en la historia de este barco, ya que entre la lista de pasajeros se encontraban los Duques de Kent, el príncipe Jorge de Inglaterra y la princesa Marina de Grecia, que viajaban en su "luna de miel", un viaje que se iniciaría rodeado de cierta amargura, -pocos días antes, el príncipe se había entrevistado en secreto, en nombre de su padre, el rey Jorge V, con un representante del Aussenpolitisches Amt, o lo que es lo mismo, la Oficina de Asuntos Exteriores alemana, con el fin de verificar el rearmamento de Alemania, lo que dio a Inglaterra la certeza de que en breve se declararía una nueva guerra en Europa-. El trasatlántico, en la feliz ignorancia, zarpó de Southampton el 25 de Enero en viaje de turistas, haciendo escala en Cherburgo (en el Canal de La Mancha). El día 30 de Enero de 1935 a las 8 horas de la mañana fondeó en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Poco antes de las 11 horas de la mañana los Duques de Kent desembarcaron sin ningún séquito en la "marquesina" del muelle. Allí les esperaba un nutrido grupo de curiosos que les dio la bienvenida con una cariñosa ovación. Fueron recibidos por el Cónsul de Inglaterra destacado en Tenerife, Mr. Edmond. Tras una visita al Norte de la Isla de Tenerife, almuerzo en el Hotel "Taoro" de La Orotava y un paseo por la ciudad de Santa Cruz (capital de la Isla), finalmente los Duques de Kent regresaron a bordo, acompañados en todo momento por una pertinaz y muy londinense lluvia. El numeroso público congregado en torno a la marquesina del muelle les despediría en medio de calurosos aplausos.
Poco después de las 7 de la tarde del mismo día 30 de Enero, el DUCHESS OF RICHMOND zarpó rumbo a Puerto España (capital de Trinidad y Tobago en el Golfo de Paria), para después continuar hacia Curaçao (Antillas holandesas), Cristóbal (en la Bahía Limón, a la entrada del Canal de Panamá), Jamaica, y cruzando el Canal del Viento hacia Nassau (Bahamas), Bermudas, San Juan de Puerto Rico, Antigua (Antigua y Barbuda), Port de France (en la Isla de Martinica), Bridgetown (capital de Barbados), Funchal (Madeira) y regreso a Southampton, totalizando 45 días de viaje.
En Julio de 1939 comenzaría para el DUCHESS OF RICHMOND un crucero por una ruta inusual para él. Después de partir de Montreal y hacer escala en Nueva York, atravesó el Canal de Panamá aproando hacia el norte y haciendo escala en Los Ángeles. Desde aquí seguiría subiendo hacia el norte hasta Sitka (isla del archipiélago Alexander) y Juneau, ambos en el Golfo de Alaska. A la vuelta su capitán recibió instrucciones para una vez atravesado nuevamente el Canal de Panamá, hacer una parada en Veracruz (en el Golfo de Campeche, en la costa este mejicana) camino de Nueva York. Finalmente arribaría a Montreal el 8 de septiembre, varios días después de que Gran Bretaña declarase la guerra a Alemania; tal vez, en aquel viaje de novios, la princesa Marina escuchó alguna confidencia de su egregio esposo que los mamparos del crucero ahora si comprendieron.
Una vez comenzada la contienda, su primer viaje de Montreal a Liverpool sería completado en 19 días de mar. A partir de este momento, el rumbo de la guerra marcaría la historia del DUCHESS OF RICHMOND quizá para siempre. Fue requisado como transporte de tropas el 14 de Febrero de 1940. Formó parte del primer "convoy rápido", con destino a Halifax (Nueva Escocia) de barcos capaces de navegar a más de 15 nudos de velocidad zigzageando en la ruta para evitar ser localizados. Después de esta escaramuza, volvió a su ruta normal en el Atlántico Norte hasta el final de 1940, completando 14 viajes más.
El 30 de Agosto de 1940, el DUCHESS OF RICHMOND llevó a cabo una de las misiones oceánicas más importantes y delicadas del principio de la guerra. Zarpó desde Liverpool con destino a los Estados Unidos llevando a bordo a los investigadores Tizzard y Cockroft, quienes eran portadores de unos modernísimos artefactos bélicos antisubmarinos entre los que destacaban diversos equipos de radar. El objetivo de la misión era probar los equipos en ruta, y compartir sus conocimientos con los aliados norteamericanos para aprovechar el empuje de su potente maquinaria industrial puesta al servicio de la guerra.
Durante uno de esos viajes a Canadá, a finales de octubre de 1940, el DUCHESS OF RICHMOND recibió un S.O.S. proveniente del "S.S. BEAVERFORD" (botado el 27 de Octubre de 1927 en los astilleros Barclay Curl & Co. de Scotstown con nº de grada 617), también propiedad de la Canadian Pacific, que volvía de Halifax al mando del capitán H. Pettigrew. El BEAVERFORD, que había sido requisado para el ejército el 22 de Febrero de 1940, estaba siendo atacado por el acorazado "de bolsillo" alemán ADMIRAL SCHEER a 20 millas al norte de su posición en el Atlántico Norte, mientras que el resto del convoy había conseguido huir. El ADMIRAL SCHEER abrió fuego a las 21.45 GMT manteníendolo durante más de 4 horas, iluminando el cielo, y acabando con el BEAVERFORD y con la vida de 77 personas.
Durante este primer período de la guerra, el DUCHESS OF RICHMOND solía transportar en cada viaje entre 500 y 700 pasajeros siendo la mayor parte efectivos militares. En cuanto a la carga, la estiba solía estar completa, entre 3.000 y 4.000 toneladas por viaje.
Finalmente, el DUCHESS OF RICHMOND, ya militarizado, comenzó a operar de manera continuada en Enero de 1942, completando dos viajes a Suez, seguidos de otros dos a la India. En ese mismo año haría varias incursiones en el Mediterráneo para desembarcar tropas aliadas en el Norte de África. A lo largo del año 1943 alternó estas rutas con otra diferentes, como la travesía que realizó en el mes de Julio con destino a la base naval y aérea de Hvalfjord, en Islandia, utilizada por los barcos de escolta canadienses para el abastecimiento de combustible. En Diciembre atracó en Nueva York, justo el día de Navidad, celebrándolo con un especial desayuno de bienvenida para la tripulación. El año 1944 transcurrió haciendo nuevas incursiones en el Mediterráneo, con destino siempre hacia puertos africanos.
En Marzo de 1945 puso rumbo hacia el puerto de Odessa (situado en una gran bahía en el extremo noroeste del Mar Negro, en Ucrania), puerto donde no había estado nunca en tiempos de paz. Había partido de Clyde con 3.700 prisioneros de guerra rusos que se encontraban en campos franceses, tras haber sido liberados a medida que los aliados avanzaban. Después de algunas dificultades con las autoridades rusas en Odessa, fueron reembarcados 900 efectivos británicos de regreso a casa. Dos de los soldados británicos habían contraído matrimonio con dos jóvenes rusas, pero ellas no consiguieron el permiso para embarcar. Sin embargo, al día siguiente fueron encontradas a bordo dos mujeres polizones, las cuales habían sido escondidas para que no fuesen encontradas por los oficiales rusos que tenían relación con el trasatlántico. Apenas el barco zarpó de Odessa, se recibió a bordo un comunicado mediante el cual las autoridades rusas requerían al DUCHESS OF RICHMOND para que volviese a puerto, puesto que habían descubierto la desaparición de 3 mujeres de un campo ruso. Fieles a las tradiciones más insolentes, y siguiendo la costumbre del contra-almirante Horace Nelson de ignorar las señales cuando resultaban contrarias a sus intereses, hicieron caso omiso del mensaje y continuaron viaje. Tras una exhaustiva búsqueda por todo el barco, finalmente apareció la tercera mujer, se trataba de una joven polaca que había sido ayudada a embarcar clandestinamente por un miembro de origen polaco de la R.A.F.
En Agosto de ese mismo año, el DUCHESS OF RICHMOND realizó un viaje a Quebec (en la Bahía de Unganova, al N. y al S. el Labrador y el Golfo de S. Lorenzo), regresando a Liverpool el día 27 de ese mismo mes. Este sería su último viaje en tiempo de guerra, esquivando toda suerte de barcos y submarinos alemanes. A partir de ese momento sus incansables motores lo dirigirían nuevamente hacia los puertos donde debía repatriar a las tropas que, en sucesivas oleadas, habían sido movilizadas. Ya finalizando el año 1945 realizó un viaje a Singapur y otro a Gibraltar.
A principios de 1946 hizo dos viajes a Bombay (en la costa oeste de La India, en el Mar Arábigo), una vez completados, por fin, sería desmovilizado militarmente, terminando así una muy meritoria y fiel labor de apoyo durante toda la guerra. En Mayo de 1946 zarpó de Liverpool aproando hacia los astilleros de Fairfield, donde debería ser reacondicionado para la vida civil.
Debido a los enormes trabajos de reparación, transformación y nuevo equipamiento llevados a cabo, no fue sino hasta el 16 de Julio de 1947, cuando se hizo a la mar en Liverpool con destino a Montreal, completando así su primer viaje de postguerra bajo el mando del capitán E. A. Shergold. En este momento, ya revestido de todo el lujo de un trasatlántico de primera clase y pintado su casco de blanco, fue rebautizado como EMPRESS OF CANADA II el día 12 de Julio de ese mismo año.
Después de seis años de servicio militar activo en período de guerra, volvería a reanudar su ruta en el Atlántico Norte: de Quebec a Montreal en verano, y Liverpool-Halifax-Saint John en invierno, completando un total de 15 viajes cada año y así, hasta Diciembre de 1952.
El 24 de Enero de 1953 fue atracado en el astillero de Gladstone. En la tarde del domingo 25 de Enero se declaró a bordo un pavoroso incendio. El pequeño retén de guardia que se encontraba en el barco pudo saltar a tierra a tiempo, pero los bomberos que acudieron a sofocar el incendio se encontraron incapaces de controlar las llamas. Finalmente, el fuego pudo ser extinguido, pero el barco, totalmente arruinado, quedaría peligrosamente escorado sobre uno de sus costados.
La prensa local hizo un gran despliegue para informar de los pormenores del siniestro, destacando un reportaje en el "Liverpool Evening Express" que no dejaba ninguna duda del terrible estado en que había quedado el pobre barco, reducido a un negro amasijo de diversos materiales indeterminados recostado sobre el muelle.
Los impresionantes trabajos que se llevaron a cabo para enderezar el escorado casco del EMPRESS OF CANADA II constituyeron la mayor operación para el reflotamiento de un barco que hasta ese momento se había visto en Europa. Los preparativos duraron cuatro meses, durante los cuales fueron instaladas 11 enormes boyas hinchables bajo el agua para evitar que el casco pudiera seguir desplazándose. También fueron instaladas 16 estructuras metálicas de apoyo en el costado de estribor, todas ellas conectadas a enormes grúas sobre el dique. Finalmente, el 6 de Marzo de 1954 el barco consiguió recuperar su verticalidad, aunque ya estaba sentenciado a muerte. En Agosto de ese mismo año se decidió llevarlo a Cantieri di Portovenere, en Génova. Se despidió para siempre de Liverpool el 1 de Septiembre, desde donde zarpó remolcado por el ZWARTE ZEE, de 836 toneladas, que lo llevaría hasta La Spezia (en el Mar de Liguria) donde arribó el 10 de Octubre de 1954. Una vez allí, después de 26 años de mar, el soplete acabaría implacablemente con su vida.
No está de más rendir un pequeño homenaje a estos liners que, como el DUCHESS OF RICHMOND, navegaron incansables durante toda la II Guerra Mundial en todos los mares del mundo, llevando un halo de esperanza donde quiera que iban y que, quizá sin esta desinteresada entrega (en la que muchos de ellos fueron torpedeados y hundidos, perdiéndose muchísimas vidas), el curso de la guerra no hubiese sido el que hoy se puede leer en los libros de Historia.
De 1929 a 1940, el DUCHESS OF RICHMOND realizó 114 viajes en aguas del Atlántico Norte, más 27 cruceros (5 desde Canadá y 22 desde el Reino Unido). Durante su servicio de guerra recorrió 435.877 millas, transportando 31.000 civiles, 26.110 prisioneros de guerra, 12.387 soldados y 139.253 toneladas de carga. Como EMPRESS OF CANADA II completó para la Canadian Pacific otros 82 viajes en el Atlántico Norte.
© Coral y Ramiro González
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Bibliografía consultada:
Periódico "La Prensa", de Tenerife, de 30 de Enero de 1935.
Periódico "La Prensa", de Tenerife, de 31 de Enero de 1935.
"Canadian Pacific, the Story of the Famous Shiping Line", George Musk, David and Charles Publishers, 1989.
"El enigma Hess, el último secreto de la segunda guerra mundial al descubierto", Martin Allen, Editorial Planeta S.A., 2004.