En la tarde del 28 de Octubre de 2000, arribó a Tenerife por primera vez el velero holandés “Atlantis” que conducía a un grupo de turistas de su país. Junto con la goleta de velacho también holandesa “Sir Robert Baden Powell”, que se encontraba reparando en los astilleros de María Jiménez, dio inicio a la temporada turística de la vela que se desarrolla desde finales de Octubre hasta Abril y en la que participan cada año hasta diez barcos de esas características.
El “Atlantis” fue en sus orígenes un humilde barco faro anclado cerca de la desembocadura del río Elba, con una vida marinera similar a la del buque escuela alemán “Alexander von Humboldt”, muy conocido en la isla y cuya madrina, chicharrera de adopción y por matrimonio, vive en Tenerife desde hace muchos años.
Fue construido en los astilleros J.H. Wichhorst de Hamburgo y botado el 15 de Mayo de 1905 como “Burger-Meister Bartels”, aunque era mejor conocido como “Elbe 2”, nombre que se le daba en todos los derroteros del río Elba ya que ocupaba la posición de barco faro en su margen derecha.
En 1985 fue adquirido por armadores holandeses que habían decidido convertirlo en buque escuela de vela para el adiestramiento de los alumnos de náutica de su país, por lo que su carrera marinera sufrió una transformación radical. Volvió a navegar en Febrero de 1986 bajo el nuevo nombre de “Atlantis” y con un registro de 380 toneladas y una eslora total de 42,50 metros desde la popa hasta el extremo del bauprés, se le aparejó de bergantín goleta. Como escape para la salida de los gases y humos de sus motores auxiliares se utilizó de forma muy ingeniosa, uno de los pescantes del bote popel. La dotación fija la formaban 12 tripulantes y podía alojar hasta 35 alumnos.
No tuvo mucho éxito como buque escuela y en 1992 con bandera de Malta y matriculado en La Valletta se le envió a realizar viajes con turistas por el Mar del Norte y el Mar Báltico. En 1997 fue adquirido por sus actuales propietarios la Rederij Atlantic N.V. de Hoorn, pequeña ciudad situada en uno de los canales del Ijsselmeer en Holanda y dedicado a realizar viajes turísticos. Se acondicionaron sus alojamientos para veintidós pasajeros y ahora efectúa un crucero durante el que visitará los principales puertos de las islas.
Aunque dispone de dos motores auxiliares de 750 caballos y dos hélices para las entradas y salidas de puerto, normalmente utiliza sólo las velas para navegar, pudiendo alcanzar los diez nudos y medio en condiciones favorables. Tiene previsto hacer varias escalas en Tenerife durante la temporada invernal junto con los veleros de su país “Barabah”, “Noorderlicht”, “S.R.BadenPowell”, “Eendracht” y “Nausikaa”.
El “Atlantis” lleva el mismo nombre que una pequeña goleta holandesa de dos palos, que visitó el puerto en varias ocasiones en años anteriores junto a los también veleros holandeses “Regina Maris”, “Thalassa” y “Catherina”.
Pese a su bien probada tradición marítima, los Países Bajos no disponen de ningún gran velero dedicado a prácticas de sus alumnos, algo que ha sido muy corriente en las vecinas Bélgica y Alemania. Su armada solo cuenta con la pequeña goleta “Uranus” de 190 toneladas que visitó Canarias durante la Gran Regata Colón 92. Por el contrario disponen de al menos diez barcos de mediano porte pertenecientes a empresas privadas, que se dedican a ofrecer viajes turísticos en los que los pasajeros pueden compaginar el placer de la navegación a vela con el aprendizaje de maniobrar con ellas.
José Luis Torregrosa ( Escoben © 2003 )
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